El Auténtico Reloj Suizo...

Ya nadie más lo puede dudar, ni poner en discusión: Roger Federer es el tenista más grande de la historia. Es el Dios de este deporte. Toda una leyenda viviente. Lo afirmamos hace un mes, cuando se sacó la espina de ganar Roland Garros e igualó el récord de 14 títulos de Grand Slam que tenía Pete Sampras. Y lo ratificamos aún más ahora, al festejar por sexta vez en Wimbledon y lograr la marca póstuma de 15 coronas de Mayors. Sí, señores, el suizo lo hizo posible. ¿Quién otro podía hacerlo? Sólo él, con su propuesta agresiva, vistosa, arriesgando (aún cuando en esta final en La Catedral falló más de la cuenta) y con esa mentalidad ganadora a ultranza podía darse ya no sólo el gusto sino el inmenso lujo de ser el hombre más campeón en los torneos más importantes. Y se llevó un premio extra, otra perlita impactante: recuperó el puesto N° 1 del ránking. En la final con más games de la historia de Wimbledon, con 77 en juego, sufriendo horrores, como en ningún otro triunfo suyo en un Grand Slam, ni en finales u otras ruedas, Federer le torció el brazo a Andy Roddick recién en el epílogo, al ganarle nada menos que por 16-14 en el quinto y dramático set. El helvético casi debió pellizcarse para comprender que finalmente se había quedado con el triunfo. Y toda la gloria, claro. [+] Via: ESPN Deportes

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